viernes, 16 de mayo de 2008

Historias de la vida real

POR:
MIGUEL GONZALEZ

Las rosas son rojas, las violetas azules, la pasión el alma arroja, al igual que los curules.
Y es que ¿para qué estamos saltando como changos queriendo tener programas de televisión de mayor contenido? Si contamos con la política mexicana para darle esa pizca de sal que necesitan nuestras tardes.
Como sacado del mejor guión melodramático, encontramos todos los elementos de la fórmula: amor, celos, envidia, traición, compasión, etc.
Como no enamorarse de la historia de Andresito, un personaje al estilo chavo del ocho acaudillado, promoviendo la propiedad comunal en la vecindad, movilizando a las señoras del barrio para destituir al señor Barriga, gritando a todo pulmón porque Don Ramón no tiene para una torta de jamón y Quico sí.
O la historia de Juanito, un joven de cuna dorada y billetera cargada con un corazón de oro, dispuesto a manchar su noble reputación para que su tan amada familia pueda tener un poco más (Dios sabe cuánto lo necesitan, pobrecitos).
O el ya célebre cuento del “gober piadoso”, es decir, con un país 90% católico, seguro es obra de Satanás y de fuerzas místicas que esta alma tan caritativa sufra las desventuras que recientemente le han aparecido en su camino.
Mi favorita personal tiene que ser la historia de la gobernicienta yucateca; que a pesar de una reputación familiar bastante dudosa, así como mil kilos de preocupaciones y una dinastía dispuesta a hacer de todo para que el príncipe azul se encuentre con el otro príncipe azul; conoce a su hado padrino (el Sr. Mkt.) y le quita esos mil kilos de preocupaciones para que unos cuantos párrafos después nos encontremos con el tan ansiando, y vivieron felices... por los siguientes 6 años.
Lo mejor de todo es que no tenemos que cambiar de canal para encontrarnos con estas historias tan conmovedoras.
Y ya mejor dejo de escribir que según cuenta la vecina de enfrente, el villano de hace un par de temporadas, ha regresado ahora más fuerte que nunca, dispuesto a desgarrar la “paz violenta” de Mexicovisa, con una serie de confesiones inesperadas. Yo solo sé que no me despegaré del canal del congreso hasta que confirme que la maestra es la madre adoptiva del hermano gemelo de Vicente Eduardo (oculto al nacer) que hizo los tratos macabros con el demonio para que Ernesto Pancracio entregara el poder. (Pero conste que son solo rumores, SHHH)

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